Vacaciones de mí misma

6. ag. 2015 | mis cosas | 6 comments

Como en un delicado sueño planeo mis vacaciones de verano, y para este año nada me atrae más que salir de mí misma. Ya empiezan a ser muchos años yendo de vacaciones siempre conmigo: yo a un paso de alcanzar la cima de esa montaña, yo plantando la sombrilla en la playa abarrotada, yo buceando entre corales y peces globo… Para este verano me gustaría alejarme por un corto espacio de tiempo de mi vida, y poder observar el mundo desde otros ojos, desde otra perspectiva, desde el devenir de otra vida vivida.

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Quiero salir de mí misma y pasar dos semanas en el desierto bajo los arenosos ropajes de una beduina errante. O irme por un puñado de días a ser la madre de un inmigrante en ciernes, y preparar para mi hijo un hatillo de nada para que cruce ligero el estrecho hacia su porvenir. Quiero ser un indígena del amazonas y dominar la vida en la jungla sin que me ensombrezcan mis temores de urbanita. O poder serenarme en la mismísima alma de un monje entre los verdes y rotos valles de Nepal, y apreciar la suave rotación de la tierra mientras los yacs pacen ante mi absorta mirada.

Ya ves, solo quiero alejarme de mí todo lo más que pueda. Y ser espalda mojada, y asomarme al vértigo real de andar de noche y esconderme de día; asomarme a las miradas aviesas, y a la profundidad de una vida que me permita comprender el porqué de arriesgar aquello que eres, todo cuanto eres. O cursar de alumno aventajado en una madraza, quién sabe dónde pero sin duda en medio de parajes áridos y blanquecinos, me pregunto qué es aquello que me contarán que me pueda llevar al desvarío de la inmolación.

Escapar de mi yo y de mi ahora, de los que día a día me siento más prisionera, más dependiente. Como si la edad y la rutina se hubieran aliado en mi contra y jugaran a borrar de mi vista la capacidad de mirar a lo lejos, de ver lejos.

Quiero, tal vez, salir de mí para verme mejor, y regresar por unos días a mi infancia, pero siendo mi abuelo, con el peso de su vida sobre mi conciencia, viéndome jugar con mis hermanos sentado en el poyo de la ventana, con mi recio bastón agarrado entre mis nudosas manos.

Quiero, para estas vacaciones, escapar de mí misma con un billete de ida y vuelta en el bolsillo, para al final del quinceavo día poder emprender el regreso a la comodidad de mi mundo, al que me acoge y me aburre, a aquel que conozco desde hace tanto tiempo y está tan pegado a mí que ya no sé cómo ni por dónde empezaba.

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6 Comments

  1. Fran

    Delicioso. Sutil. Preciso.
    Gracias Anna por compartir.

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  2. Olga

    Si ho aconsegueixes, diga’m com!

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    • annalleonart

      Bé, de moment no ho he aconseguit, però encara em queden uns dies. Estic buscant per internet una agència de viatges ben exòtics… és internet, segur que la trobo!

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  3. Miguel

    Es muy atractivo lo que propones , sobre todo viajar a la mirada de otras personas , pero en ese caso deberíamos ser pacientes y respetuosos viajeros , evitando lo que de absurdo, banal y extemporáneo tiene el turismo.

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    • annalleonart

      Me gusta que etiquetes al turismo de extemporáneo!! Algo que nos parece que es lo más y que está al alcance de todos… y que lo taches de extemporáneo… me parece un gran acierto.
      ¿Cómo vamos a hacer para superar esta pésima moda que es el turismo, y en la que todos estamos dispuestos a colaborar?
      Tendremos que pensarlo a conciencia y con esfuerzo, de verdad.
      Un beso, Miguel y gracias por tus vueltas de tuerca 🙂

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