Por favor, que no llegue el 20D

1. des. 2015 | mis cosas | 2 comments

Es raro, y qué cosas me pasan. Por una vez en la vida: no quiero que llegue el 20D. Y es bien raro, sí, pues nunca antes me había ocurrido algo semejante. Más bien al contrario, las semanas anteriores a cualquier cita electoral me resultan tediosas, gomosas y del todo evitables.

Esta mañana he visto en diferido el debate que tuvo lugar el viernes pasado en la Universidad Carlos III de Madrid entre aquellos candidatos -de entre los que fueron invitados- que tuvieron a bien aceptar el reto: tan solo Albert Rivera y Pablo Iglesias. Ahí estaban los dos atriles vacíos que recordaban la declinación de asistencia de Pedro Sánchez y de Mariano Rajoy.

Debo confesar, y son de este tipo de cosas que sólo confesaría aquí, entre las cuatro lados que encierran esta pantalla, que estoy emocionada por lo que -por fin- está ocurriendo con la política de este país.

En el debate se planteaban dos ideologías distintas -qué menos entre un candidato de derechas y otro de izquierdas- pero por encima de ello se defendían una serie de ideas en las que los dos candidatos van a una, y que son las que me enamoran. ¿Y a quién no? -me diréis.

Si, es cierto, hay cosas que de tan obvias duele en los oídos tener que escucharlas como promesa. Y todos nos estamos preguntando ¿cómo puede ser que en este país tengamos -a estas alturas- todos estos pilares todavía por apuntalar? ¿Quizás porque hasta ahora nos hacían creer que ya los teníamos más que incorporados e incluso superados? ¡Qué majos que son! ¡Y qué majos somos!personas1Por fin, un pacto de estado para la educación. Por fin, un país aconfesional -incluso dicho por la derecha-. Por fin, permisividad cero ante la corrupción, ¡y también ante la autocorrupción! Por fin, respeto absoluto a la separación de poderes. Por fin, vía libre a las energías renovables. Por fin, bancos y grandes compañías despojados de privilegios. Por fin, unos políticos que tratan a la sociedad como las personas adultas que somos.

En realidad, no estamos hablando más que de instaurar -¡por fin!- una democracia (y no voy a decir verdadera democracia, porque la palabra democracia -como cualquier otra palabra- solo debemos aplicarla cuando en realidad sea adecuado hacerlo, es decir, cuando su uso se corresponda con su significado, hacer un uso equivocado de las palabras es de paletos o de estafadores, o de -¡Dios nos libre de tanto mal!- ambas cosas).

La mala noticia es que somos un país al que le cuesta por lo menos 40 años superar las etapas: 40 años de dictadura tuvieron que soportar nuestros mayores y 40 años nos ha costado darnos cuenta de que ya hemos agotado la bula de la transición. La buena noticia es que ha llegado -¡por fin!¡- el momento de iniciar los 40 años de democracia madura y decente que nos merecemos.

Sí, ya lo tenemos aquí, lo podemos ver, oír, oler… Y ahora mi duda es -y mi inquietud, y mi desasosiego, y mi pesadilla-: ¿Cuánto tiempo nos va a costar dar este paso definitivo? ¿Será ya en este 20D? ¿Tendremos que esperar todavía unos años más para que madure esta fruta? Y… ¿¿¿que voy a hacer conmigo si pasa el 20D y todo sigue igual??? (Llegado el momento, que alguien por favor y con sumo cariño me pase el contacto de un psiquiatra de confianza.)

Mientras el 20D no llega, existe la esperanza. Que tarde, que tarde.

Mientras tanto, celebremos aquello que no sabemos si llegará.

LZ12 birdyhair

2 Comments

  1. Fran Chuan

    Gracias, gracias, gracias por, tu estilo, tu claridad y tu certeza … un beso grande. Fran

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    • annalleonart

      A ver si me voy a sonrojar aquí en público!!!

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