Carta a mi agente
Te doy la bienvenida a mi web, estimad@ agente literario.
Todo este montaje lo he hecho pensando en ti. Te preguntarás que por qué. Lo entiendo, yo también me lo pregunto a veces. Verás, una no siempre está 100% de acuerdo con lo que hace. A menudo me muevo por inercia, y otro a menudo lo hago por intuición, y no sé cual de las dos opciones es más perversa… Lo que importa ahora es que esta web es para ti.
En estos momentos, nadie puede saber a ciencia cierta cuál es el mejor camino para publicar de una manera digna. Hace unos años me habría dicho sin dudar… ¡con un agente, claro! Ahora no es tan claro, pero aún así aquí me tienes, haciendo la vertical para aparecer por unos minutos en tu campo visual.
Y mira que tenía opciones dónde elegir en lugar de molestarte:
- La opción de presentarme directamente a las editoriales. Aunque tú y yo sabemos que es muy penosa: nunca sabes si tu libro es adecuado o no a su línea editorial, tardan una eternidad a responderte, incluso a veces te ignoran…
- La opción de presentarme a concursos. Reconozco que me gusta, quizás porque una vez me funcionó de perlas, pero con mi nueva novela… La verdad es que no estoy triunfando, ¿me habré pasado de ambiciosa? No, seguro que no; por eso no será.
- La opción de autopublicar. Por favor, olvídalo, no he dicho nada, no hay cosa más triste para un autor que se precie…
- La opción de colgar varios capítulos en internet y que el público enloquezca con mi obra…
- La opción de publicar en Amazón. ¡Qué pereza, yo solita en este ancho mar!
- ¿Y te he hablado ya de la opción de autopublicarme? Brrrr…
En fin, que por de pronto -y mientras llego a una conclusión- he puesto en marcha esta iniciativa.
Te diré a mi favor que tengo ya una novela en el mercado: Mi marido, su velero y yo. Ganó el Premio Nostromo en la convocatoria de 1999, la publica Editorial Juventud. El libro cuenta con 3 ediciones, las dos primeras salieron en pocos meses de diferencia. También has de saber que son ediciones majas, de las que se hacían antes, de unos 3000 ejemplares cada una. Y que a fecha de hoy -tantos años después- sigue vendiéndose; por lo menos todos los años me van llegando las cuentas de los derechos de autor.
No esta mal ¿no? ¿Dónde vas a encontrar otro autor con tanta salida?
Otro de mis pequeños triunfos fue quedar finalista en el Concurso de cuentos de las Cajas de Ahorros Confederadas – XXIX Hucha de Oro, con mi relato Desde este otro lado del espejo. Eso fue en junio del 2001.
Bueno, ya sé que no debo enrollarme mucho, no quiero cansarte. Te he diseñado un pequeño itinerario por mi web, de modo que puedas ir al grano.
¡Ah, y no te demores en contactarme! ¡Una oportunidad como esta no se te presenta todos los días!